[Opinión] El Coaching y procesos de cambio
Por Karin Wilkomirsky, actriz y coordinadora académica del diplomado Coaching y Expresión Escénica; y Marienne Le Roy, coach ontológico.
Sabido es hoy por hoy, que las “mal llamadas” habilidades blandas tienen una incidencia determinante en el éxito y satisfacción personal en los más diversos ámbitos de acción en que nos desenvolvemos. Sin embargo, inexplicablemente estas disciplinas ligadas a lo que a veces se entiende como Habilidades para la Vida están ausentes, o sino pobremente insinuadas en el curriculum escolar, dejando muchas veces a las personas con un vacío en el desarrollo de su potencial humano con miras a mejorar su desplante tanto personal como profesional, ámbitos donde su “performance” es relevante para el éxito en su desempeño laboral.
Como seres sociales es de suma importancia aprender a comunicarse y funcionar adecuadamente en situaciones sociales. Nuestras relaciones profesionales y personales, dependen directamente de nuestra capacidad de asertividad, empatía, escucha y de la gestión adecuada de nuestra comunicación con los demás, especialmente en situaciones de crisis, escenario en el que es necesario hablar y escuchar.
Sin embargo, se nos olvida que para enfrentar conflictos necesitamos llegar a puntos de acuerdo sin imponer nuestras posturas o ideas. No es posible un escuchar efectivo si no hay un reconocimiento de un otro diferente de mí y legítimo en su diferencia.
Pero más difícil aún, no es posible un escuchar efectivo sin antes experimentar una genuina disposición de apertura, lo que Rafael Echeverría llama “la apertura a la transformación”. Tan gravitante es ello, que sí al momento de escuchar, me niego a la posibilidad de que ese escuchar cambie mi visión, no sólo fracasaré en mi posibilidad de escuchar, si no peor aún, fracasaré en la posibilidad de llegar a una mirada compartida con el otro.
En la búsqueda de facilitar estos procesos de cambio, la Universidad de Concepción cuenta con el programa de diplomado “Coaching y Expresión Escénica”, contando con ocho versiones, a fin de brindar una práctica sistemática y multidisciplinaria, que ningún otro programa ofrece.
El coaching ontológico trae a nuestros procesos de aprendizaje, la dimensión integral de la experiencia humana, para acceder a una racionalidad que incorpora el poder cognitivo de las emociones, mientras nos permite jugar con una pluralidad de perspectivas que da cuenta de la complejidad infinita de la realidad, promoviendo la observación de sí mismo, así como las prácticas, los juicios que mueven su comportamiento y en muchos casos a derribarlos e instalar nuevos, comprendiendo que el aprendizaje que perdura, implica necesariamente un cambio de miradas, emocionarse y actuar.
Mientras, la expresión escénica como arte en funcionamiento, ofrece beneficios a la creatividad y al mundo afectivo personal. Provee una forma de abordaje que nos permite ensayar y explorar al máximo nuestras posibilidades expresivas, desarrollando habilidades cognitivas, sociales, psicomotoras, del lenguaje y pensamiento divergente.
De esta manera, el juego teatral y el coaching ontológico se unen para constituirse en un innovador recurso de aprendizaje, facilitador de la capacidad expresiva y catalizador de la experiencia, buscando maximizar la calidad del capital humano.
Sin lugar a dudas, ahora más que nunca aquellos que cuentan con habilidades de liderazgo, tanto laboral, académico, o en ámbitos más íntimos de nuestras relaciones, no pueden quedar ausentes de este entrenamiento.
Los detalles de esta disciplina, así como el proceso de admisión para este plan de estudios se encuentran disponibles en https://formacionpermanente.udec.cl/.